SOBRENUDOS
SOBRE NUDOS Y SOBRE EL SER
Por la Dra. Marta Zátonyi
El espacio deshilachado entre dolor y deseo como un intento que desde el vamos sabe que lo que ansía es imposible pero no obstante lucha por alcanzarlo. Un aullido de dolor y de desesperanza atraviesa el aire donde las figuras de la escultora Laura Nucenovich se hunden en el drama de la existencia para emerger luego con toda la fuerza erótica al mundo posible, al mundo de las palabras, al mundo del acto.
Sus seres solitarios, casi exclusivamente femeninos, o seres-parejas de una imposible unión y de una mortal amenaza de la separación, ondulan, se agitan y convulsionan en un estremecedor silencio.
Cada obra plantea algo grave de la tragedia humana. Cada una pregunta sobre el destino humano: sobre aquello lo que es tal vez posible y sobre aquello que se sabe imposible.
El ojo del espectador se inquieta oscilando entre los gestos de la oscura y amenazadora mudez, de la huída a la resignación y del obstinado clamor por perpetuarse. La criatura humana no posee otro que este mundo abrumado por sus propias condiciones; intentar la fuga de él sólo invocaría la paz de la muerte.
Las obras de Laura, vitales y dramáticas, sabiamente asumen esta condición de la realidad ineludible: en ningún momento se dulcifica el drama de lo infalible pero tampoco se retrocede frente a la indagación sobre la esencia del hombre. Entre todas ellas sucede el relato sobre nuestra condición ontológica a lo que todos estamos anudados tal como estas condiciones se anudan entre sí. ¿Quién no ha experimentado la atormentada voluntad de desatar un nudo que une con el otro? ¿Quién no ha sentido el agrio afán de desujetarse del otro o de su propia condición anudada? ¿Pero quien no ha comprobado la felicidad de ser del otro? ¿Quién no se ha anonadado en esta entrega total al otro?
La serie NUDOS habla sobre este profundo drama del hombre y sobre su relación con el Otro. Sería vano el intento de preparar la lista con los títulos algunas veces elocuentes, otras veces no, aunque siempre guardan un vínculo profundo entre su nombre y su significado. Pero el vehemente despliegue de las expresiones marcadas y configuradas por la punzante realidad de avanzar y retroceder, de ser del otro y huir del otro, de elegir un camino y, a la vez, esquivarlo supera, incluso, invalida cualquiera enumeración. Lo que realmente importa es vivir estas obras para revivir el camino vital de cada uno de quien concurre a esta exposición.